Al Camino de Santiago hay que ir ligero, seleccionar muy bien lo que es necesario y lo que es prescindible. Si te estás planteando si llevarte un cuaderno para escribir un diario de peregrino, déjame darte razones «de peso» para que no lo dejes en casa. 😉
Beneficios de escribir un diario de peregrino
Permite guardar las memorias
Es el motivo quizá más evidente y que seguramente ya habías pensado. Escribir un diario permite conservar con fidelidad las vivencias que uno va atravesando y guardarlas para la posteridad. Esto, además, está avalado por la psicología, que nos dice que los recuerdos no se conservan en nuestro cerebro de la misma forma que se registraron, sino que se van transformando con el tiempo, a medida que acumulamos nuevas experiencias. Redactar lo vivido en nuestro cuaderno el mismo día, o al día siguiente, nos permite archivar una copia más fidedigna de cómo fue el momento real.
Pone en orden las ideas
Para poder plasmar sobre el papel los sucesos del día, necesitamos organizar nuestros pensamientos. Para que el texto resultante sea comprensible, tenemos que estructurar ese ovillo de experiencias que se acumulan en nuestra cabeza. Esto nos ayudará, indudablemente, a procesarlas mejor, y favorece también su conservación en nuestra memoria.
Favorece el autoconocimiento
En relación con el punto anterior, para escribir nuestro diario necesitamos observarnos, hacer un repaso de las experiencias, las emociones, los pensamientos que nos han acompañado a lo largo de la jornada. Esto vuelca la atención hacia nuestro interior y enfatiza de esta forma los procesos de introspección. El Camino es ya un lugar propicio para este tipo de movimientos internos, pero si además buscamos ese objetivo conscientemente, será muy útil el dedicar un tiempo cada día a la escritura.
Mejora la toma de decisiones
La introspección que uno lleva a cabo cuando ya lleva unos días adentrado en el Camino, favorece que cada vez uno tome decisiones de forma más libre y acorde a sí mismo. La ejercitación diaria de la escritura redunda en este beneficio. Incrementando la claridad de ideas, como comentábamos con anterioridad, hace que la mejor opción para nosotros se muestre más nítida.
Revela un sentido profundo en el Camino y en la vida
A veces uno se sorprende de las reflexiones que aparecen cuando se sienta a escribir su diario de peregrino. Nuevas perspectivas nunca antes contempladas, o nunca tan vivamente experimentadas, aparecen en nuestra consciencia. Se nos puede revelar un sentido más profundo de qué es lo que nos ha llevado al peregrinaje, o darnos cuenta de los paralelismos entre el Camino de Santiago y el Camino de la vida.
Nos da la oportunidad de observar nuestro recorrido
El hecho de narrar nuestra aventura de forma diaria nos va a permitir observar el cambio que va sucediendo en nosotros. En ocasiones, en muy poco tiempo ya podremos ver la diferencia y, por ejemplo, relativizar asuntos que en los días previos nos parecían importantísimos. Pero cuando regresemos, meses o años después, a leer nuestro diario de peregrinos seguramente nos costará reconocer al narrador, y observaremos con ternura sus preocupaciones.
Cómo escribir un diario de peregrino
Utiliza papel y bolígrafo
Es cierto que en la mochila del peregrino no debe haber pesos superfluos y se podría pensar que es innecesario incluir una libreta, pero lo cierto es que los beneficios que hemos expuesto hacen que se gane con creces ese hueco. Además, se pueden conseguir cuadernos tan pequeños y ligeros que hacen que esta excusa quede fuera de consideración. Escribir a mano es mucho más provechoso que hacerlo en el móvil, es más íntimo, nos permite adentrarnos más en nosotros mismos y elimina las distracciones siempre presentes en la pantalla.
También es importante recordar que aunque escribas un blog, aunque narres tu experiencia en redes sociales, eso no sustituye la función de un diario personal.
El móvil puede ser una herramienta muy útil de la cuál no tenemos que prescindir por completo si no es nuestro objetivo, pero si queremos sumergirnos de verdad en el Camino, es importante que en la medida de lo posible regresemos a lo analógico.
Escribe cuando te encuentres solo o en silencio
Si realmente deseamos que la experiencia de escribir un diario sea fructífera, debemos reservar unos minutos de la jornada para esta tarea. Puede ser en el albergue después de la ducha, en un rincón bonito del pueblo… Cada uno elegirá su momento. Es preferible elegir la soledad y el silencio, para poder escuchar mejor lo que sucede en nuestro interior, aunque la presencia de compañeros respetuosos no molesta. Incluso escribir juntos cada uno su diario tiene su encanto. En otras ocasiones, tendremos que conformarnos con el silencio interno que nos permita encontrar nuestra concentración en medio del ruido.
Establece un compromiso flexible
Comprométete a escribir un poco cada día (por algo se llama diario 🙂 ). Cuanto más pronto escribimos las vivencias más fiel es el relato, y además nos permite desahogarnos. Sin embargo, no cometas el error de perderte otros momentos interesantes por retirarte a escribir. Si las actividades que surgen ese día no te dejan tiempo, aplaza la escritura para el día siguiente.
Exprésate con libertad
Ya que se trata de un diario, deja que los pensamientos y emociones fluyan con libertad. Estás escribiendo para ti mismo, así que no te guardes nada. Plasma incluso lo más absurdo, lo que a tus compañeros no te atraves a confesar, lo te avergüenza estar sintiendo. Permítete filosofar en los más elevados planos de la divinidad, así como expresar las emociones y los pensamientos más oscuros que te atraviesen. Algún día sonreirás mientras lo lees, y tus palabras te trasladarán a ese momento por la transparencia con la que lo has expuesto.
Guarda tu cuaderno protegido de la lluvia (y de manos largas)
Por último, no olvides proteger tu diario de la lluvia. Puede ser una idea guardarlo en una bolsita o una carpeta impermeable, donde también puedes llevar la credencial. Ambos son recuerdos para toda la vida que uno no quiere que se arruinen por un chaparrón.
Lo de las manos largas es más una broma. Siempre puede haber un graciosillo y es cierto que no queremos que nadie lea nuestros secretos, pero tampoco suele ser lo habitual.
¿Convencido o no ? 😉
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